28 de mayo DÍA INTERNACIONAL DEL JUEGO
Parece que el Juego ya tiene su día como el libro, la rosa, la tierra o el agua. Este año, se celebra el sábado 28 de mayo, aunque algunos, los más listos, han decidido celebrarlo durante toda la semana, es decir del 23 al 29 de mayo. Pero atención, celebramos el DÍA DEL JUEGO, no el día de los juguetes o del niño o el día de la infancia. Y es que por suerte, jugar no es solo cosa de niños… El Juego, en palabras de Martine Mauriras-Bousquet (El correo de la UNESCO, monográfico 1991) es una actitud existencial, una manera concreta de abordar la vida, que se puede aplicar a todo, sin corresponder específicamente a nada», y eso ya son palabras mayores, es decir, “de mayores”.
Sabemos que jugar es una fuente inagotable de placer, alegría y satisfacción, que permite un crecimiento armónico del cuerpo, la inteligencia, la afectividad, y la sociabilidad. Ahora y siempre el juego es y ha sido un elemento fundamental en el desarrollo de las personas. Un niño que juega es un niño sano. El juego nos permite también liberar tensiones, conocernos y conocer al otro creando vínculos, y mantenernos activos física e intelectualmente. El juego nos anima a reír y a vivir la vida desde el optimismo y la pasión. De esta manera, también podemos afirmar que un adulto que juega es un adulto sano.
Con la celebración de EL DÍA INTERNACIONAL DEL JUEGO pretendemos recordar a toda la sociedad que el JUEGO es un derecho de los niños y niñas, pero que también es indispensable para nuestra salud física y mental a lo largo de todas las etapas de la vida.
Os propongo la adhesión al Manifiesto por El JUEGO, como una manera de afirmar nuestro compromiso con el derecho al juego de niños y niñas, a la vez que difundimos la importancia del juego en todas las etapas de la vida a través de nuestra propia actitud lúdica.
Recuperar el Juego como una ilusión, un reto compartido, no es cosa de un DÍA por muy internacional que éste sea, pero por algo se empieza, y bien esta dedicar un día a la fiesta, al permiso, a la trasgresión inocente, a la complicidad entre padres e hijos, entre amigos. Seguro que los niños y niñas saldrán beneficiados ¡por supuesto!; pero también nosotros, los adultos, libres de convenciones y centrados sólo en una cosa: el disfrute del momento presente.
Quizá este es el momento para iniciarnos o recuperar el gusto por los sodokus o las sopas de letras que nos proponen los periódicos, o para montar el circuito de coches de carreras en el comedor, o para organizar una partida de parchís después de la cena… O para salir puntuales del trabajo y echar unas carreras al corre que te pillo con los hijos en el parque o para volver del cole jugando al veo veo, sin prisas, sin estrés, sin objetivos que cumplir. Mil excusas para respirar a fondo, mirar a nuestro alrededor y disfrutar de lo que somos y tenemos, mil excusas para reír, para vivir el ahora y el aquí, para ponernos a jugar juntos.
Todavía tenemos unos días para ir saboreando como vamos a celebrarlo, cuáles van a ser nuestros juegos de ese día. No te lo pierdas, disfruta y haz crecer así tu actitud lúdica.