Hace unos días ha tenido lugar el salón “Mondial du modelisme” de París y la primera observación que puedo compartir es que el modelismo goza de muy buena salud en Francia. Cuatro días completos de juegos, actividades, campeonatos, exposiciones y venta. En total 125 expositores y un lleno de visitantes los cuatro días; aproximadamente 45.000 personas.
Comienzo por los visitantes, ya que es una de las primeras cosas que me han llamado la atención. La gran mayoría adultos y hombres. Muchos padres con sus hijos y muchos hombres solos, de todas las edades, pasándoselo en grande: mirando, preguntando, jugando, compitiendo y comprando. La imagen de un padre arrancándole el radiocontrol a su hijo ha sido más que frecuente!
Los juegos y juguetes que se han presentado conforman el renglón de lo que podríamos llamar “juguetes de mayores”, no solo por su complejidad, sino también por su precio: maquetas de máquinas de tren (sólo la máquina) por 500€ o vehículos de radio control de 1.500€. No he podido preguntar el precio de los aviones, pero seguro que sus dueños se esmeran en hacerlos aterrizar suavemente. La verdad es que ver la velocidad y las acrobacias de coches, barcos y aviones, que los aficionados son capaces de conseguir, o las magníficas y gigantescas maquetas de trenes, con todo tipo de detalles, son todo un placer, incluso para aquellos como yo, que no sabríamos ni por dónde empezar el montaje o no tendríamos la paciencia para terminarlo o para conseguir que llegue a funcionar.
De todo lo visto destaco tres cosas:
- Los demostraciones y campeonatos de coches de radio control,
En especial el Race Ranner v4 que puede alcanzar los 100 km/h ¿os lo imaginais?
- El vuelo de un pájaro, el Avitron, elegante y magnífico. Su peso no llega a 10 gramos y mide poco más de un palmo, pero verlo mover las alas y volar, es lo más parecido a la realidad que he visto nunca en radio control. Aquí podéis ver un vídeo.
- Y por último, los robots: Lego Mindstrom , el dinosaurio Pleo , el robotito Karot, los recoge pelotas y el más impactante: un prototipo llamado Cybrina , de tamaño humano y que es capaz de reconocer los rostros y objetos a su alcance visual, entre otras cosas. Y muchos más.
Sólo tres cosas me han llamado la atención negativamente. La primera una promoción. Y no es que esté en contra de las promociones, ni mucho menos, pero esta me ha parecido fuera de lugar. La idea es, para conseguir un 10, 20 o 30% de descuento, introduces tu email en una gran pantalla y juegas al jackpot. La cola de chavales entre los 10 y los 15 años, dispuesto a regalar su email y probar suerte, con absoluta normalidad, me ha impactado.
La segunda, tres stands de venta de maquetas de armas, reproducciones exactas en forma, dimensión y peso a las de verdad. No es que sepa que este negocio exista, pero me ha impresionado ver a padres e hijos probándolas, imitando a sus héroes y comprando. Menuda hipocresía meterse con las espadas, pistolas de sheriff o de caza-fantasmas de los niños.
Y por último, la falta de presencia de otro tipo de “modelismo” como podría ser las casas de muñecas (solo un stand) que podría haber atraído a más público femenino y haber compartido así intereses y gustos.
Podéis ver aquí más fotos del salón.