Estamos al final de un año especialmente difícil y complejo. Si  tuviera que ponerle el nombre de un juego, seguramente escogería RISK. Sin lugar a dudas, 2011 ha sido un año de riesgo por la coyuntura económica que ha puesto a una amplia mayoría en una situación difícil, pero qué también nos ha obligado a pensar en nuevas ideas y estrategias y a poner en marcha nuestra creatividad, capacidad positiva y sentido del humor. ¡Qué haríamos sin el humor! Hoy más que nunca, nos hacen falta todas y cada unas de las que llamamos inteligencias múltiples y que tan bien ha identificado y explicado H. Gardner.

Para mí es síntoma y reflejo de salud e inteligencia colectiva que, en esta partida que nos ha tocado jugar, la capacidad lúdica de las personas se haya puesto decididamente en marcha, y en esto, la tecnología que nuestra sociedad ha sido capaz de crear, nos ha dado una clara ventaja. Cada vez son más las personas que se ven atraídas por este tipo de juegos que permiten jugar sólo o acompañado según prefieras, y hacerlo de manera ubicua.

En estos momentos de dificultad, nos encontramos con personas de todas las edades y condiciones, jugando en casa, en el trabajo, y hasta en la calle. Jugando alrededor de una mesa (hace muchos años que los juegos de mesa no habían tenido tanta vitalidad), jugando en las redes sociales, con sus ordenadores, videoconsolas, teléfonos o tablets… Personas jugando para divertir-se y evadirse, mostrando una sana capacidad de salud mental, pero también jugando para comunicarse y aprender, demostrando una vez más la naturaleza lúdica de la persona, que por suerte crece y se desarrolla, todavía más en tiempos de crisis y carencias, donde la capacidad de superar retos y de perseverar se hace más importante y necesaria que nunca.

El “Homo Ludens” del que nos hablaba Huizinga se activa poniendo en marcha su espíritu liberador, su capacidad de superación personal, motivación intrínseca y creatividad, en definitiva preservando su salud. El juego sin duda, es un asunto muy serio.

Como cada año, muchos comenzaremos el 2012 jugando a comernos las uvas al son de campanadas y pidiendo un deseo. Pues aquí va el mío…¡que el 2012 nos traiga mucho juego!