El pasado mes de enero finalizaron en el Grand Palais de Paris dos importantes exposiciones dedicadas a los juegos y los juguetes. Concretamente Des jeux et des hommes y Game Story. Sin duda un buen año para el juego.
La primera, Des Jeux et des hommes, creada por Bruno Girveau y Dorothée Charles, ha querido reflexionar sobre el singular lugar que el juguete ha ocupado y ocupa en nuestra sociedad. Su primera constatación es que el juguete no es un objeto cualquiera. En todos los tiempos y sociedades, los adultos han brindado a los niños juguetes, objetos de gran riqueza simbólica y ritual, capaces de establecer una relación realmente particular con los niños que los juegan. Juegos y juguetes, objetos simples y a la vez complejos que evolucionan y varían según la sociedad que los crea. Y en muchas ocasiones, capaces de sobrevivir a la sociedad que los ha creado. Sin duda, tienen algo de magia y poesía.
La exposición ha reunido más de 1000 piezas, mostrando su recorrido a través de la historia y las diversas propuestas de juegos y juguetes según el género. En una de las primeras salas se han podido apreciar estas dos impactantes fotografías de Jeongmee Yoopm (1969-), ilustrando gráficamente los dos estereotipados universos reflejados también en el mundo de los juguetes.
La exposición reunía piezas excepcionales por su historia y su manufactura. Uno de los valores más singulares, a mi entender, ha sido la aportación de muñecas y diferentes pequeños objetos provenientes del Louvre, así como las diversas pinturas, posters y escenas de films que complementaban e ilustraban magníficamente la historia de juegos y juguetes, su origen y su evolución. En los mismos días que visitaba, me llegaba este video en donde una pequeña de 4 o 5 años se pregunta y pregunta, con enojo y pasión porqué debe escoger sus juguetes entre una montaña de propuestas todas parecidas y en donde el color rosa es el dominante. No os lo perdáis.
La segunda exposición ha sido Game Story y sin duda, ha supuesto todo un revival para los amantes de los primeros videojuegos. Desde las primeras consolas Atari por allí los años 70 y el primer juego PONG, a las últimas novedades llegadas con Papa Noel. Los juegos expuestos se acompañaban de su merchandeising y publicidad correspondiente. Todo bien expuesto y documentado y dispuesto para jugar. Y es esto lo que hacían la mayor parte de sus visitantes: ¡jugar!
Sin embargo, a mi parecer, tanto una como otra propuesta han perdido una oportunidad de generar reflexión y análisis crítico. Sus comisarios se han centrado a mi parecer, más en la singularidad de las piezas a exponer, que en la aportación de futuro en cualquiera de los múltiples debates que juegos, juguetes y videojuegos están generando en estos momentos. Una pena. Lo mejor, la inmensa cantidad de publicaciones que han generado. Entre ellos sus catálogos que os dejo aquí: Game Story y Des jeux et des Hommes.