Tras una pausa estival, retomo el blog con muchas ganas, compartiendo una de las experiencias que he tenido en vacaciones: Este verano he tenido la oportunidad de pasear por Edimburgo y de sumergirme en las aventuras de Harry Potter. He hecho algunos descubrimientos interesantes, como la del Museo de la Infancia de Edimburgo, donde se exponen juegos y juguetes del siglo XVIII hasta la actualidad, algunas de ellos piezas únicas y realmente sorprendentes. Y hablando de museos… Todos los que visitamos allí eran gratuitos, y al final del recorrido animan a que des voluntariamente la cantidad que consideres para hacer frente a los gastos del museo. Te informan con un cartelito y te ofrecen una hucha más o menos grande para que deposites tus monedas o billetes.
Mi sorpresa llegó cuando fuimos al Museo Nacional de Escocia, donde después de pasearnos largo rato y disfrutar de las magníficas exposiciones donde puedes ver, tocar, leer, descubrir y jugar, y una vez superada la tienda, nos encontramos con esto:
Lo primero que hicimos fue acercarnos sorprendidos y curiosos…
Y he aquí el espíritu de la gamificación, que explicaré con más detalle más adelante. Los responsables del museo te proponen que hagas una donación de manera que te resulte una acción simpática y divertida y consiguen hacerte sonreír y despertarte la curiosidad. La propuesta es tan simple como que tires una moneda y que veas como rueda hasta que cae por el agujero central. Hay cuatro agujeros, por lo que se pueden tirar hasta 4 monedas a la vez. Esto lo hace todavía más divertido, porque puedes comprobar si chocan unas contra otras o si se adelantan entre ellas. En general, los visitantes no pueden resistirse a tirar una moneda: mejor dicho, en tiraban varias y se quedaban mirando como rodaban por el simple placer de ver el movimiento, de ver cómo rodean, como chocan o como se avanzan … o sea, ¡por el propio y único placer de jugar!
Así pues, como vemos en este juego que propone este museo, la gamificación es el espíritu conocedor de los elementos que hacen atractivos los juegos, y que sabe identificar, dentro de una actividad o mensaje determinado, aquellos aspectos susceptibles de ser convertidos en juego o dinámicas lúdicas, y los aplica para conseguir un objetivo: una vinculación significativa con los usuarios, incentivar un cambio de comportamiento o transmitir un mensaje o contenido .
En este caso, se han sabido identificar cuáles son los aspectos de la donación «con monedas» susceptibles de convertirse en juego, y se han aplicado de manera sencilla y efectiva para motivar e incentivar un comportamiento y conseguir así el el objetivo propuesto: ¡incrementar las donaciones!
Si quieres saber más, os recomiendo la lectura del artículo «El juego como estrategia», que publicó Carmen Giró en La Vanguardia el pasado 31 de agosto (en las páginas 17-19 de la revista ES de este diario). Además, este artículo anuncia en primicia una novedad: en breve, Esther Hierro y yo publicaremos el libro Gamificación: El poder del juego en la gestión empresarial y la conexión con los clientes: ¡Os mantendré informados!