Hace unos días tuve el placer de ser invitada a unas jornadas sobre El potencial de la Gamificación: de la fidelización a sus implicaciones en la comunicación organizada por la asociación de directivos de comunicación DirCom. Allí pude escuchar interesantes ponencias y conocer experiencias y profesionales que están aplicando la gamificación al mundo de la empresa y aprendí mucho de ellas. Además, hable sobre el juego como catalizador de nuevas relaciones sociales, sobre qué aporta el juego y la gamificación (también llamada ludificación) a las empresas y sociedad contemporáneas. ¿El juego en un entorno profesional? Yes we can!

¿Sabíais que según un estudio del Centro de Innovación BBVA, el 70% de los altos ejecutivos hacen una pausa en algún momento del día para jugar? ¿Os sorprende? Este dato confirma hasta qué punto el juego se ha metido en nuestro día a día y forma parte de nuestros hábitos cotidianos. Pero ¿qué elementos tiene que tener una actividad para ser considerada juego? ¿De qué hablamos cuando hablamos de juego?

Pues hablamos sobre todo, de una actividad que se hace de forma libre y gratuita, y que nos da placer. Así pues, el juego tiene que ver especialmente con la actitud con la que hacemos las cosas: la actitud lúdica. Además, este placer del juego está vinculado directamente al esfuerzo, y nos hacen conectar con experiencias de diversión, emoción, curiosidad… En las jornadas Dircom también expliqué los poderes que tiene el juego, y los elementos que hay que tener en cuenta para crear las condiciones para el juego e introducirlo en entornos profesionales. Además, claro está, de hacerlos jugar a todos para vivir en primera persona los beneficios del juego.

¿Queréis saber más? ¡Pues aquí os dejo con la presentación de ese día! Y por supuesto, todos vuestros comentarios y preguntas son bienvenidos. Y vosotros, ¿a qué jugáis?