Muchas veces no nos definimos tanto por los hechos que hacemos sino por los que no hacemos, por nuestras omisiones. Estas pueden ser pequeñas y casi sin importancia, pero si la sumamos todas ellas, por pequeñas que sean, van dibujando un cuadro global mucho más amplio.
Esta reflexión viene al caso del último lanzamiento de Planeta DeAgostini y del revuelo que ha causado el hecho de que en su nueva colección de Playmobil “La aventura de la Historia” no haya ni una sola mujer. Estamos hablamos de una colección ni más ni menos que de 60 personajes de Playmobil en el que no se ha incluido ninguna mujer. Lo tengo que repetir dos veces para ser yo también consciente de la tremenda omisión.
Me cuesta creer que Planeta DeAgostini no hayan incluido ninguna mujer en esta colección a conciencia y también me cuesta creer que Playmobil no sea más exigente en el uso de su licencia. Dicho esto, y sea cuál sea la razón, el efecto es el mismo: estremecedor.
Las mujeres no solo hemos sido ninguneadas de la historia, sino que además, ya pasado el tiempo y al hacerse una revisión de este, seguimos a menudo sin estar presentes. Cleopatra, Marie Curie, Ada Lovelace, Frida Kahlo, Rosa Sparks, Indira Gandhi, y muchas otras más olvidadas.
Sin embargo también hay buenas noticias. En menos de 10 días, “Mujeres con Ciencia”, ha conseguido, a través de la plataforma Change.org, más de 64.000 firmas pidiendo la rectificación de las dos compañías. Y efectivamente, habrá mujeres en la colección La aventura de la historia . No sabemos cuales, ni cuantas, pero el poder de los consumidores (las firmas son tanto de hombres como de mujeres), se ha hecho evidente una vez más, mostrando su compromiso en mejorar la visibilidad de las mujeres, también en el juego de los niños y niñas.
Pero aquí también hay un contrapunto. Me causa estupor la declaración de Change.org, explicando los numerosos comentarios de personas que no han entendido el porque de una petición “tan banal”.
Mujeres y juego, pues sí, menudo binomio tan banal! Sólo hablamos de la mitad de la población mundial y de una actividad que más allá de los juegos, nos forma y conforma como seres humanos. Jugando interiorizamos pautas de comportamiento, concretamos nuestro imaginario colectivo, asimilamos valores y construimos nuestras creencias. ¡Cuanta banalidad!
Gracias Elisa por tu iniciativa. Además de conseguir que las mujeres formen parte de la historia y los juegos de “La aventura de la Historia”, has conseguido crear debate social sobre dos temas tan importantes para la madurez de nuestra sociedad.
¡Larga vida al juego!