Durante el Gamification World Conference que se celebró el pasado 26 y 27 en Madrid, Anna Vilaró , religiosa de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret y Directora de Educación Infantil y Educación Primaria del Colegio Sant Andreu en Badalona, compartió su experiencia de gamificación del aprendizaje a través de la robótica.
Aunque no pude estar presente, me han llegado comentarios de diversos asistentes, todos ellos impresionados por la profundidad de la experiencia y la honestidad de la explicación. Y no me extraña, así que no puedo resistir la tentación de compartir mi primer encuentro con Anna Vilaró.
Fue en el primer trimestre del 2015 mientras estábamos llevando a cabo el curso de extensión universitaria «GAMIFICACIÓ, EINA TRANSFORMADORA DE L’EDUCACIÓ», en la Universidad de Barcelona.
Anna Vilaró se puso en contacto conmigo porque estaba interesada en recibir un feedback sobre una experiencia de gamificación que estaba realizando en su escuela con un grupo de alumnos. Mi agenda en el aquel momento, como en este, estaba complicada y finalmente quedamos un viernes al mediodía, en el Campus de Mundet, justo antes de comenzar el curso que estábamos impartiendo. Yo imaginé que vendrían un grupo de profesores de la escuela. En aquel momento desconocía quién era Anna y tampoco tenía idea de la escuela en la que estaba comprometida.
Cuando acababa mi bocadillo en la cantina del campus (que es donde comíamos todos los viernes), vi aparecer una religiosa con un grupo de 5 o 6 adolescentes (de 2º de secundaria). ¡Glups! Aquello no iba a ser un encuentro pasajero. No es que si hubieran sido un grupo de maestros no les hubiera escuchado con atención… ¡por supuesto que sí! Pero también, llegada la hora les hubiera dicho con educación que se nos acababa el tiempo. Sin embargo, al ver la cara de ilusión y la excitación en los ojos de aquellos chicos y chicas y la sonrisa de Anna, supe en seguida que el encuentro iba a llevar su tiempo. Y así fue.
Los chavales sacaron sus ipads y muy ordenada y eficientemente me fueron exponiendo como habían planteado el juego. Se trataba de un juego desarrollado como actividad extraescolar para los alumnos de tercero o cuarto de primaria (no lo recuerdo con exactitud). Un juego de toda una mañana, en donde se les planteaba a los alumnos un reto épico… “si no descubrían una serie de informaciones relacionadas con la historia del edificio de la escuela, esta sería cerrada” y vete a saber dónde enviarían a su profesora Anna. Los chavales crearon la narrativa, movilizaron recursos para hacer llegar un mensajero a la escuela, cartas lacradas (con el papel y sello de la época) y una serie de informaciones que daban veracidad a la historia; organizaron una visita a una fábrica emblemática, plantearon problemas que solo se resolvían a través de cálculos hechos con robots… Cada acción introducida como una misión dentro de un juego de pistas.
¡Impresionante! los mayores del cole, organizando un juego de pistas, con su narrativa y teatralización, para los más pequeños, en donde cada acción tenía su objetivo dentro de una coherencia narrativa. Y os juro que imaginación, no faltaba. Pero imaginación traducida en actividades relacionadas sistemática y coherentemente… ¡sin agujeros! Y allí los tenía, compartiendo conmigo su valoración y dudas sobre cómo podían explicar y poner en valor su experiencia y aprender de los resultados.
Es impresionante la capacidad de los chavales cuando se confía en ellos y se les proponen retos que no les dejan indiferentes. Ellos habían gamificado una serie de aprendizajes para los alumnos de primaria, pero Anna Vilaró había gamificado los aprendizajes del grupo de secundaria, dentro de lo que podiamos englobar como aprendizaje y servicio. Preparando un juego para los más pequeños, los primeros en aprender jugando fueron ellos mismos, viviendo algo muy serio, como si de un juego se tratase.
Aquel día, el tema de nuestro curso, fueron los alumnos del Colegio Sant Andreu de Badalona, con Anna Vilaró al frente y su “profesionalidad” en la ideación y puesta en práctica de un proyecto de gamificación del aprendizaje. Trabajamos sobre su experiencia, e identificamos los aprendizajes clave que habían hecho de esta experiencia un éxito. Fue toda una lección para nosotros.
¡Gracias Anna!