Tengo la suerte de contar con una buena capacidad comunicativa: me gusta comunicar y lo hago con entusiasmo y honestidad. Por eso escribo, doy conferencias y organizo talleres sobre la gamificación, el juego, y su potencial en el desarrollo y formación de las personas, y el valor educativo de juegos y juguetes. Por supuesto, soy de las que piensa que no se puede hablar de juego sin jugar, porque es la reflexión sobre la vivencia lo que realmente nos transforma.
Por otra parte, aunque el juego es reconocido como derecho de la infancia, la realidad es que nuestra sociedad valora muchas otras cosas, aparentemente más útiles, por delante de la necesidad de jugar de niños y niñas. Además, considero especialmente interesante el valor que aporta el juego como herramienta de participación y transmisión de valores en empresas e instituciones, y esto ¡hace falta explicarlo!